Ironman Florianopolis 2015 – Parte 2

La preparación

Con el tarjetazo empezamos a diagramar lo que iba a ser un año lleno de carreras y lo fué, no las voy a contar porque están la mayoría publicadas, así que vamos a lo más interesante, lo que me gustó prepararla, el viaje y la carrera en si.

polloEn nuestro equipo definimos a la preparación en tres fases: 1, 2 y 3, fácil. En la F1 mantenemos, en la F2 subimos umbrales y velocidades críticas, en la F3 las cargas de entrenamiento (hs) suben hasta un pico y ese pico pega de lleno en la carrera. Esto lo diagrama y acomoda Gabriel en base al tiempo que nuestras obligaciones nos permiten (y nos permiten robarle).

En la entrada anterior no lo dije, pero lo digo en esta porque esta etapa fué por la que me inscribí a esta prueba. Aunque a algunos les parezca raro, no me inscribí por la carrera en si, o por tener un objetivo más allá de la carrera. Yo, lo digo en primera persona, me inscribí y decidí participar por querer experimentar esta última fase de entrenamiento, la F3.

El año pasado había visto, en parte compartido, transitar esta fase a Damian (elDiaman, Ken Glah del equipo, entre otros apodos). Los fines de semana que duró su F3, me quedé con ganas de seguir entrenando todo ese tiempo que él hacía demás respecto a mi plan. Por todas esas horas demás y por querer experimentarlas, me anoté.

Dentro de toda mi vida deportiva, hago deporte desde los 8 años, fué el período que más disfruté. Pocas cosas (deportivas) fueron mas atractivas en este ultimo tiempo que pedalear 5 hs en la pista de 1,2km (KDT), hacer una buena T2 de 30′-40′ y festejar mandándose un pollo a mano alzada tirado en el pasto del parque, con alguna que otra naranja.

Así fueron pasando las 8 semanas de F3, con incremento del CTL de no más de 5 puntos, llegamos con Gabriel, con un altibajo de último momento por cuestiones laburales (por estar de guardia), a 158 puntos de CTL Lindo número para un amateur y un primer evento de este tipo.

A Floripa de vacaciones.

El lunes 25 de Mayo, el mismo día del cumpleaño de mi abuela Pety y feriado nacional, partimos junto con el alba en dos convoy. En el convoy de la juventud partimos de San Ocampo, agádos-ó Castellotti y el que escribe las boludeses. En el otro convoy nuestro Team Manager/Running Team Chief  el Diaman y nuestro economista estrella (de TV) Giaco. Entre mate, charla, delirios el viaje estuvo plagado de anécdotas, desde parar a descargar la vejiga de la reina, hacer aduana y llenar 4 veces el formulario que decía «nombre, apellido, nacionalidad y fecha de nacimiento»,  acariciar la luz que se ve al final del tunel en un filo audaz de sobrepaso, entre muchas otras. Con unos 1.405 km paramos en Osorio, lugar de paso y noche.

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La pibada con sus cafecitos

A la mañana siguiente, disfrutamos del primer trote brasileño con Diaman, en un 40′ charlado con unos piques de dos cuadras esquivando autos que te peinaban los cantos, a esta altura, flacos cantos del culo. Hacer esto en ayuna hace que el desayuno brasileño sea disfrutado el doble (o el triple). Lleno el tanque de uno, pero como para dos, partimos en busca del ultimo tramo de viaje.

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San Ocampo, santo y patrono del huevo inflado.

De Osorio a Florianópolis son unos 365 km, unas 4 horas mas de viaje donde dejás el continente y te metés en una isla con olor a triatlón. Te das cuenta que vas entrando, no porque el lugar muestre que ahí se va a hacer uno grande, sino porque la gente que ya lo corridó muestra en su cara esa linda sensación de «yo estuve acá corriendo». De buena manera te muestra que «por ahí, por allá y por acá – señala con el dedo – pasas corriendo.

Despues de dos días de viaje, que en realidad se pasaron super rapidos, llegamos al bunker del Age, Meu Sonho, Canasvieiras.

Galeria de fotos: https://goo.gl/photos/JHHFns6gdEwPJhao9